La vitamina A también llamada Retinol

La vitamina A o retinol es una vitamina liposoluble.
La vitamina A es un nutriente esencial para el ser humano. Se conoce también como retinol, ya que genera pigmentos necesarios para el funcionamiento de la retina o también como un ácido (ácido retinoico).
Desempeña un papel importante en el desarrollo de una buena visión, especialmente ante la luz tenue. También es fundamental para la reproducción y la lactancia.
El β-caroteno, que tiene propiedades antioxidantes, neutraliza los radicales libres y puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y degenerativas, es un precursor de la vitamina A.
La vitamina A ayuda a la formación y mantenimiento de unos dientes sanos, de los tejidos blandos y óseos, de las membranas mucosas y de la piel.
La Vitamina A es normal encontrarla en muchos alimentos.
La siguiente lista de alimentos, cada uno contiene al menos 0.15 mg de retinol (lo que es equivalente a 150 microgramos – 500 UI) de vitamina a o betacaroteno por 50 – 200 g del alimento aprox.: Hígado (res, cerdo, pollo, pavo, pescado) (6500 µg 722 %) Zanahorias (835 g 93%). Brócoli (800 g 89%). Col rizada (681 g 76%). Mantequilla (684 g 76%). Espinaca (469 g 52%). Calabaza (369 g 41%). Lechuga verde (333 g 375%). Melón (169 g 19%). Huevos. (140 g 16%). Melocotones (96 g 11 %). Mango (38 g 4%). Guisantes (38 g 4%).
La vitamina A proviene de fuentes animales como el huevo, la carne, la leche, el queso, la crema, el hígado, el riñón y el aceite de hígado de bacalao.
Sin embargo, todas estas fuentes, tienen un alto contenido de grasa saturada y colesterol.
La vitamina A si se toma en exceso y durante largos periodos se acumula en el hígado y puede llegar a ser toxica produciendo: dolor, piel agrietada, uñas frágiles, dolor y fragilidad de los huesos, fatiga y caída del pelo.
Su deficiencia prolongada durante 1 o 2 años puede producir ceguera nocturna, queratización de las mucosas reduciendo su función de protección contra las infecciones.
También su deficiencia puede producir retraso en el crecimiento, perdida del apetito y del sentido del gusto, caída del pelo y ulcera en la cornea