3 dic 2009

Insuficiencia renal y la dieta

La insuficiencia renal consiste en la pérdida total o parcial de la función renal o lo que es lo mismo una disminución del funcionamiento de los riñones. La insuficiencia renal puede ser aguda o crónica. La principal función del riñón consiste en limpiar la sangre de productos de desecho del metabolismo y en regular el volumen de líquidos corporales. Cuando los riñones funcional mal se produce principalmente retención de líquidos y minerales, y los productos de desecho (urea, creatinina, ácido úrico...) no son eliminados por la orina.

¿Influye la dieta en la insuficiencia renal crónica?
El tratamiento dietético es un elemento fundamental en el manejo de la enfermedad renal. Mientras que la restricción de la proteína retrasa la evolución y minimiza el síndrome urémico, un estado de malnutrición puede ser un importante factor que aumente las complicaciones incluso puede llevar a la muerte del enfermo con insuficiencia renal. La malnutrición puede estar ocasionada por las dietas monótonas muy restrictivas, la anorexia, alteraciones gustativas y de complicaciones metabólicas que acompañan a la insuficiencia renal.
En los momentos iniciales de una insuficiencia real la dieta debe ser muy similar a la de una persona sana simplemente hay que procurar una ingesta de proteína moderada lo cual se aconseja no sobrepasar de los 0,8gr/Kg. de peso y asegurar que el consumo de energía sea suficiente para cubrir las necesidades y evitar la perdida de masa muscular y evitar caer en la desnutrición.
En las personas obesas con insuficiencia real las perdidas de peso deben ser moderadas y nunca sobrepasar la restricción calórica de 500 kcal.
Cuando la función renal esta más disminuida y es aproxima el 25% del máximo posible el aporte de proteína en la dieta debe ser menor, siendo aconsejable que sea de 0,6 gr/kg. de peso de la persona, procurando que sea de un alto valor biológico pudiendo ser aconsejable la suplementación de ciertos aminoácidos.
Ahora bien si es importante que en los primeros momentos de la insuficiencia renal el consumo de proteína sea menor para retrasar al máximo el avance del deterioro del riñón no es menos importante que cuando la insuficiencia renal esta avanzada que la nutrición cubra las necesidades de la persona para evitar en lo posible que sufra malnutrición y los riesgos que esto puede acarrear.
Se debe vigilar tanto el aporte energético como la calidad de este teniendo especial cuidado con las grasas saturadas y colesterol por el alto riesgo de arterioesclerosis y muerte por enfermedades cardiovasculares que existe en la insuficiencia renal.
Cuando el aporte de proteína en la dieta es menor de 0,6 gr/kg de peso y día, ciertas vitaminas hidrosolubles como ácido fólico, tiamina, riboflavina y niacina por lo que será necesario tomar suplementos de estas vitaminas.
Las necesidades hídricas han de tenerse en cuenta junto con el aporte de sodio y otros minerales como calcio, fósforo, hierro y potasio. El agua no tendrá que ser restringido pues puede ser más peligroso una deshidratación que un eventual retención de líquidos otra cosa es el caso del sodio que su ingesta en la dieta ha de ser moderada con el fin de evitar tanto la retención de líquidos como que la personas con insuficiencia renal sufran hipertensión.

19 nov 2009

La Salud y la sal

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que el 62% de las enfermedades cerebro-vasculares y el 49% de la enfermedad isquémica cardiaca son atribuibles a la hipertensión arterial (definida por cifras de presión arterial superiores a 140/90 mmHg). La prevalencia de hipertensión arterial, en el año 2002, se estimó en España en un 35%, aunque llegaba al 68% en mayores de 65 años y al 40% en edades medias afectando a unos 10 millones de personas.
Roberto Sabrido, presidente de La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recordó que durante el año 2004, murieron en España 123.867 personas debidas a enfermedades cardiovasculares, de la cuales 56.359 eran hombres y 67.508 mujeres, lo que supuso el 33,3% de la mortalidad total.
También afirmo el presidente de AESAN (La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) que el 5% de las muertes por enfermedades cardiovasculares habían sido provocadas directamente por la hipertensión arterial. Dos estudios patrocinados por el Ministerio de Sanidad han confirmado lo que más o menos ya se sabía que a la dieta que consumimos los españoles le sobra sal. De dichos estudios se desprende que ocho de cada diez españoles consumen al día 9,7gr de sal, casi el doble de la recomendad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que cifra 5 gr. como consumo saludable. Los altos consumo de sal es uno de los factores de riesgo mayores de sufrir hipertensión arterial y esta es la mayor amenaza para las personas con enfermedades cardiovasculares.
En España una de cada tres muertes son producidas por esta causa

11 nov 2009

OBESIDAD, INDICE DE MASA CORPORAL Y RIESGO DE MUERTE PREMATURA

La obesidad y la acumulación de grasa abdominal aumentan significativamente el riesgo de muerte prematura en la población europea según las conclusiones de un estudio que se publica en "The New England Journal of Medicine".
El estudio en el cual se ha realizado seguimiento durante cerca de 10 años de 359.387 personas de nueve países europeos, entre ellos 39.242 ciudadanos (14.787 hombres y 24.455 mujeres) de Asturias, Guipúzcoa, Granada y Murcia, y Navarra. Es el estudio europeo con un mayor número de participantes y el más amplio del mundo en disponer de datos antropométricos completos.
En los 9,7 años que ha durado el estudio de los 359.387 participantes murieron 14.723.
Los hombres con un índice de masa corporal (IMC) de 25,3 y Las mujeres con un índice de masa corporal (IMC) de 24,3 son los que han presentando menor riesgo de mortalidad.
Un índice de masa corporal (IMC) superior a 35 en los hombres aumenta a el 90% más de riesgo de muerte que los que tienen un índice de masa corporal (IMC) de 25,3; y los que tienen un índice de masa corporal (IMC) inferior a 18,5 también duplican el riesgo de mortalidad.
Las mujeres con un índice de masa corporal (IMC) superior a 35 presentan un 65% mayor de riesgo de muerte que las mujeres que tienen un índice de masa corporal (IMC) de 24,3. Las que tienen un índice de masa corporal (IMC) inferior a 18,4 el riesgo de morir es un 71% más elevado que las de índice de masa corporal (IMC) 24,3.
Si se analiza por el perímetro de cintura, la probabilidad de morir por cualquier causa de los hombres con un perímetro de más de 102 centímetros es el doble que los que tienen un perímetro menor de 86 centímetros.

En referencia al perímetro de cintura, las mujeres con un perímetro superior a 89 centímetros tienen un 78% más de riesgo que las que tienen un perímetro menor de 70,1 centímetros
Un perímetro de cintura superior indica un mayor riesgo de mortalidad, a un determinado índice de masa corporal (IMC), ya seas mujer u hombre.
La conclusión más importante, de los autores del estudio es que el sobrepeso y la obesidad, pero también la distribución de la grasa en el organismo, influyen en el riesgo de muerte de cada individuo. Esto explicaría por qué personas con un IMC similar pero con mayor perímetro de cintura tienen más riesgo de muerte. Con un índice de masa corporal (IMC) elevado las personas mueren más por problemas cardiovasculares y cáncer; mientras que las que tienen un índice de masa corporal (IMC) muy bajo son más propensas a morir por problemas respiratorios.

El aumento de la mortalidad a un bajo índice de masa corporal se explica por la pérdida de masa muscular, que pesa más que la grasa. Esta pérdida de masa muscular puede deberse a la edad o a enfermedades no diagnosticadas.

8 nov 2009

Cambios que podrían proporcionar importantes beneficios para la salud

Todos los seres humanos independientemente de su nivel de ingresos, podrían beneficiarse de la mejora de la dieta.
Se necesita aumentar la ingesta de alimentos vegetales: frutas, verduras, cereales integrales y legumbres y carnes magras sin grasa o bajos en grasa; elegir más alimentos densos en micronutrientes, bajos en grasas sólidas, y sin azúcares añadidos, y disminuir su ingesta de sodio y las grasas saturadas.

18 oct 2009

LA DESHIDRATACIÓN EN EL RENDIMIENTO INTELECTUAL

El Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) ha puesto en marcha una campaña de concienciación sobre la importancia de la hidratación en el rendimiento cognitivo. Y es que como concluye el estudio “Hidratación y Rendimiento Cognitivo”, el conjunto de procesos mentales que intervienen en la inteligencia y el pensamiento sufren alteraciones como consecuencia de la deshidratación.
Como muestran las conclusiones del estudio.

• Con la pérdidas del 1% de la hidratación comienzan ha aumentar los tiempos de reacción y la disminución de la memoria.

• A partir del 2% de la perdida de agua en el organismo se producen pérdidas momentáneas de memoria, la atención disminuye significativamente, se merman las respuestas reflejas del organismo, disminuyendi tanto la coordinación psicomotriz, como la coordinación visual, la coordinación motora, la voluntad y el pensamiento.

• Si la deshidratación es más del 3% se producen alteración en la destreza, desorientación y tambión pueden aparecer fuertes dolores de cabeza,

• Cuando las pérdidas de los líquidos corporales superan el 6% es frecuente que se produzcan delirios y/o alucinaciones, disminuye la capacidad de concentración y drásticamente la memoria a corto plazo


En palabras del autor del estudio, el Prof. J. A. Flórez, “la memoria, el aprendizaje, la capacidad de atención, etc. pueden disminuir por la falta de líquidos, sobre todo cuando el cuerpo sufre pérdidas de más del 2%”.